Por el Comité editorial de Panamá
La cervicitis es un proceso inflamatorio que se produce en el cuello del útero, que es el extremo inferior del útero que está unido a la vagina.
Aunque es una enfermedad muy común, que afecta a más de la mitad de las mujeres en algún momento de su vida, la mayoría de las pacientes que la padecen son asintomáticas, aunque en algunos casos también aparecen síntomas que hay que tratar debidamente con la ayuda de un médico ginecólogo.
A continuación, vamos a explicarte cuáles son los síntomas de la cervicitis, sus causas y los posibles tratamientos que se pueden aplicar.
Tipos de cervicitis
Los tipos de cervicitis se diferencian, principalmente, por la causa que los provoca y son dos:
- Cervicitis crónica, que no está relacionada con una infección, y cuya causa puede ser, por ejemplo, una alergia.
- Cervicitis aguda, que está provocada por una enfermedad de transmisión sexual.
¿Cuáles son sus causas?
Las principales causas de la detección del cuello uterino inflamado son microbiológicas, es decir por infecciones en la vagina provocadas por bacterias o virus.
Su aparición también puede deberse a una reacción alérgica a los espermicidas o al látex de los preservativos, a la inserción de un dispositivo que esté ubicado en la zona pélvica como, por ejemplo, un diafragma o un DIU, a una posible reacción a las duchas, jabones o desodorantes, o incluso al crecimiento excesivo de bacterias presentes en la vagina.
Las infecciones suelen contraerse cuando se mantienen actividades sexuales sin protección, y las más comunes que pueden desembocar en cervicitis son:
- La presencia de gérmenes como el estreptococo, el colibacilo o el enterococo
- La clamidia
- El Gonococos
- Enfermedades como la sífilis o la tuberculosis
- La presencia de hongos como los cándida albicans, la gardnerella vaginalis o los tricomonas.
- La gonorrea
- El herpes genital
- El virus del papiloma humano
Síntomas
Muchas mujeres son asintomáticas y, por tanto, no es sencillo diagnosticar que están padeciendo cervicitis a no ser que, por casualidad, se realice un examen médico en el cual se detecte.
Pero, en otros casos, sí que aparecen síntomas de alerta que hay que tener en cuenta y acudir al ginecólogo para que pueda hacer una valoración, un diagnóstico y aplicar el tratamiento que mejor se adapte a cada caso y a cada paciente.
Algunos de los síntomas de la cervicitis son:
- Aumento del flujo vaginal
- Cambio de color en flujo, volviéndose más amarillento, blanco o incluso con tonos de color verde y con un fuerte olor
- Molestias al orinar
- Fiebre
- Irritación en la zona vaginal o escozor
- Dolor en la parte baja del abdomen
- Molestias al mantener relaciones sexuales e incluso sangrado
- Dolor de espalda
- Sangrado entre los periodos menstruales
- Presión en la zona pélvica
Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas, es muy importante acudir al ginecólogo, cuanto antes, para poder detectar el problema y tomar las medidas oportunas para poder solucionarlo.
¿Cuáles son las pruebas que detectan la cervicitis?
Ante la aparición de los síntomas descritos en el apartado anterior, el ginecólogo llevará a cabo diferentes pruebas para poder diagnosticar la enfermedad.
Los exámenes que suelen realizarse son:
- Examen pélvico
- Citología vaginal con la que poder hacer un estudio más específico y descartar el cáncer de útero
- Análisis en microscopio del flujo vaginal recogido en consulta por el médico
- Exámenes específicos para descartar la gonorrea, la clamidia y otras enfermedades de transmisión sexual.
- Colposcopia
- Biopsia del cuello uterino
Tratamientos
En función de cuál sea el motivo por el que se ha producido la cervicitis, el médico ginecólogo pautará diferentes tratamientos.
En el caso de que exista la presencia de clamidia o gonorrea, los antibióticos son la mejor solución, o el uso de antivirales para todas aquellas infecciones que se hayan producido por un herpes.
Si la cervicitis se convierte en crónica, es probable que también se prescriba el uso de óvulos o incluso procedimientos más invasivos como la cauterización.
El tratamiento con estrógenos o progesterona es más específico para tratar la cervicitis de las mujeres que ya estén con la menopausia.
En todos los casos, el ginecólogo recomendará a su paciente que se no mantenga relaciones sexuales mientras se esté llevando a cabo el tratamiento y que, además, tenga una buena higiene íntima.
Si tras llevar a cabo el tratamiento prescrito por el médico, la infección sigue cursando, el médico volverá a tomar muestras y a analizar cuáles son las mejores opciones de tratamiento en cada caso. Independientemente de eso, todas las mujeres que hayan padecido cervicitis deberán realizarse pruebas a los 3 o 6 meses tras finalizar el tratamiento para verificar que no se ha llevado a cabo una reinfección.
¿La cervicitis es contagiosa?
La cervicitis en sí no es contagiosa ya que, como hemos explicado anteriormente, es un proceso inflamatorio del cuello uterino y las causas que la provocan pueden ser diversas.
Lo que sí es contagioso es la infección que la haya provocado, principalmente si es una enfermedad de transmisión sexual como el herpes vaginal, la tricomoniasis o la gonorrea.
No tratar adecuadamente la cervicitis puede desencadenar en complicaciones que afectarán significativamente a la salud de la paciente, como por ejemplo la endometriosis, EPIS, cáncer de útero o incluso problemas durante el embarazo. Por ello es tan importante llevar a cabo las revisiones periódicas con el ginecólogo y, por supuesto, ante la aparición de cualquier síntoma, acudir a la consulta para valorar qué es lo que está pasando y tomar las medidas que sean oportunas.
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