Por el Comité editorial de Panamá
El 1 de diciembre es una fecha en la que año tras año tenemos que hablar del SIDA como una gran epidemia que afecta a parte de la población mundial. En Panamá más de 13.000 personas viven con VIH, gracias a los avances conseguidos en los medicamentos y en la sociedad, cada vez más personas tienen acceso a tratamiento antirretrovirales, lo que ha contribuido al descenso de la mortalidad y al incremento en la calidad de vida.
A pesar de los múltiples progresos y logros para que las personas contagiadas puedan desarrollar su vida con la mayor normalidad posible, a día de hoy siguen surgiendo problemas, como, por ejemplo, el momento de buscar el embarazo dentro de una pareja heterosexual. Es en este marco donde cobran especial importancia programas como el de lavado de semen, técnica desarrollada en conjunto por IVI Panamá y el Instituto Conmmemorativo Gorgas, que ha permitido el nacimiento de los primeros bebés libres de la enfermedad en Panamá de padres serodiscordantes mediante reproducción asistida.
Gracias a la mejora en el desarrollo de los tratamientos antirretrovirales y de las técnicas de reproducción asistida, las parejas serodiscordantes donde el hombre está infectado de VIH, pueden cumplir el sueño de ser padres de forma segura para la pareja y su descendencia.
“A pesar de que actualmente, las personas infectadas con el virus viven de forma similar a las personas que no tienen la infección, el VIH aún continúa afectando la vida reproductiva de muchas parejas, y el deseo de tener un bebé llega a ser tan importante como el de controlar la infección” comenta el Dr. Néstor Sosa, del Instituto Conmemorativo Gorgas.
¿En qué consiste la técnica de lavado de semen?
El lavado de semen lleva a cabo mediante una técnica que separa los espermatozoides del plasma seminal y otras células que podrían ser portadoras del virus. Una vez realizado este proceso se congela la muestra de semen y a continuación se verifica que ésta está libre de la infección por técnicas de biología molecular.
“Este proceso es el más seguro que existe para la detección del virus y permite detectar con una precisión cercana al 100% cualquier resto de VIH en la muestra de espermatozoides. Después de estas dos técnicas, el camino es el habitual de la fecundación in vitro” explica el Dr. Roberto Epifanio, director de IVI Panamá.
El tratamiento de reproducción asistida, en el caso de que sea la mujer la portadora del virus, no difiere en exceso del que se aplica en el caso de una mujer libre de éste. Para ello es esencial tener un estricto control inmunológico de la paciente y que el tratamiento se realice cuando la carga viral sea muy baja o indetectable, teniendo un especial cuidado y control de la infección en el tercer trimestre del embarazo y en el parto, aunque cada vez, gracias a los tratamientos antirretrovirales la probabilidad de contagio es menor.
Gracias a las nuevas técnicas desarrolladas en IVI hemos ayudado a que parejas con enfermedades transmisibles hereditarias puedan formar una familia. Algo que antes parecía totalmente imposible.
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