Por el Comité editorial de Panamá
El sangrado en el embarazo es un factor frecuente y normal. Se calcula que entre el 30% y el 40% de las mujeres que atraviesan un embarazo lo experimentan durante las primeras semanas de gestación. Por lo tanto, si lo notas en tu propio cuerpo, no te preocupes. Te damos la información que necesitas en esta nota.
En primer lugar, es importante saber que, si el sangrado en el embarazo te produce dolores fuertes, o está fuera de los parámetros normales, deberás consultar a tu médico especialista para descartar otro tipo de lesiones o incidentes.
Como te dijimos, un sangrado leve en el embarazo es normal. También es denominado sangrado por implantación (puedes escuchar esta terminología y no comprender de qué se trata). Ocurre generalmente en las primeras semanas de gestación, cuando el embrión se adhiere a la pared interna del útero (entre 6 y 10 días después de la fecundación), donde se rompen pequeñas venas y arterias que habitualmente conectan con el endometrio, provocando el sangrado. Es por ello que con frecuencia muchas mujeres confunden este sangrado con el manchado característico del período menstrual. El sangrado por implantación puede presentarse en un solo embarazo o en todos, indistintamente.
Diferencias del sangrado por implantación y el sangrado menstrual
Por lo general el sangrado en el embarazo dura de 1 a 3 días, período que suele ser mucho menor al que ocupa la menstruación. Además, también podrás establecer una comparación en el color de la sangre, el cual es un tanto más oscuro y la consistencia es más espesa, por lo que resulta simple darse cuenta e identificarlo contando con la información.
El sangrado por implantación se da entre seis y diez días después de la fecundación. La cuestión es que suele coincidir con la fecha prevista para la menstruación, entonces es aquí cuando se da la confusión entre uno y otro.
La clave para diferenciar estos dos tipos de menorragia es, tal como mencionamos, la intensidad del manchado: el sangrado por implantación es mucho menor que el de la menstruación común. Y no solo es menor en cuanto a cantidad, sino que también dura menos. Puede ser de unas pocas horas, o bien extenderse durante varios días, pero siempre como un manchado muy leve e intermitente, distinto al patrón de la menstruación.
Además, cuando se da el sangrado tras la implantación, es normal que aparezcan algunos síntomas como dolores similares al periodo menstrual, hinchazón en los senos, o, incluso ligeras náuseas y cansancio.
Y, por último, ten en cuenta que el sangrado por implantación no requiere de una atención adicional. Es un factor que forma parte del proceso normal de embarazo. De hecho, es uno de los síntomas más comunes entre las mujeres que anuncian un embarazo.
Tras un sangrado, ¿el embarazo corre peligro?
Tal como mencionamos, existen distintos tipos de sangrado durante el embarazo, y no tiene por qué ser un motivo de preocupación. Es decir, que exista un sagrado no es sinónimo de que haya una pérdida gestacional.
Además del sangrado por implantación, pueden producirse sangrados al comienzo del embarazo que se deben a otros factores, como, por ejemplo, una infección genital, cambios hormonales, o bien puede que sean producto de las relaciones sexuales.
Es importante que las mujeres mantengan la calma ante un sangrado por implantación, ya que no existen evidencias de que esté relacionado con un embarazo problemático o ectópico, por ejemplo.
Por otro lado, muchas mujeres suelen asociar este sangrado con una pérdida o aborto, pero tampoco está relacionado. El sangrado referente al aborto es mucho más intenso y con fuertes dolores que hacen que sea más fácil identificarlo. De todas formas, puede ocurrir que un embarazo ectópico o aborto ocurra sin ningún tipo de sangrado.
En definitiva, ante un sangrado es importante mantener la calma ya que no siempre supone un riesgo para el bebé. Si te sientes alarmada, puedes llamar a tu médico de cabecera y contarle lo que te ha sucedido. El médico te dirá que si se trata de algo fuera de la normalidad de los síntomas o no. Así puedes quedarte más tranquila.
Las herramientas que necesitas para transitar adecuadamente todos los síntomas típicos del embarazo
El embarazo, además de representar uno de los momentos más felices y plenos de la vida para muchas parejas, es también un estado complejo, durante el cual se producen profundas transformaciones físicas, fisiológicas y psicológicas que de un modo u otro adquieren un carácter y una relevancia diferentes de una mujer a otra.
Cuidar el estado emocional y psicológico de una mujer embarazada es tan importante para su salud y la del futuro bebé como atender su estado físico. Se trata de tener ayuda para cualquier mujer que, sufra o no alteraciones, que quiera afrontar una adecuada transición hacia la maternidad. El embarazo es uno de los más grandes cambios en la vida de una mujer y hay que adaptarse a ese acontecimiento.
Como hemos indicado, todos estos síntomas se encuentran dentro de los parámetros de la normalidad. Por eso, no existen motivos para preocuparse ante, por ejemplo, un sangrado. De todas formas, siempre, ante la duda, es importante que acudas a tu médico ginecólogo y así puedas evacuar todas tus inquietudes.
Será el especialista la persona indicada para decirte si realmente el sangrado ha sido producto de la implantación embrionaria. En caso de que este no sea el motivo, el profesional te dirá cómo tratar la situación.
Durante el embarazo, la mujer es más sensible a los cambios fisiológicos. Sin embargo, que estés atenta a todo, no significa que tengas que preocuparte por todo. No te alarmes: estás ante uno de los momentos más importantes de tu vida. Rodéate de buenos profesionales y un lugar con la atención adecuada y todo saldrá más que bien.
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