Por el Comité editorial de Panamá
Recuerda que la única prueba certera de que estás embarazada, es un diagnóstico de laboratorio.
- Todo huele demasiado: La mayoría de las mujeres embarazadas tienen la sensación de que sus sentidos de olfato y gusto han cambiado. Los cambios hormonales (aumento acelerado de estrógenos) podrían ser los culpables de esta acentuación olfativa que conlleva, en muchas ocasiones, asco por determinados perfumes e incluso alimentos, lo que termina en náuseas que perturban la vida cotidiana.
- Te haces pis: Las ganas y la urgencia por ir al baño a orinar se acentúan en el embarazo, ya que por un lado el riñón aumenta su actividad de filtrado y por otro, el útero en crecimiento comprime la vejiga disminuyendo su capacidad y en consecuencia se desencadena el reflejo de necesidad de orinar aunque sea solo unas gotas. Esto sucede a partir de las primeras semanas de embarazo y muchas mujeres no consiguen pasar la noche sin hacer una excursión permanente al baño.
- Dormir, dormir, dormir: Una gran parte de las mujeres embarazadas sólo piensan en dormir a toda hora. Están cansadas y siempre intentan buscar la ocasión para hacer una mini siesta, sin importar el momento del día. Esto sucede porque el organismo está a pleno rendimiento para acoger al que durante nueve meses se hospedará en tu vientre, por eso estarás más cansada, el cuerpo está trabajando sin parar. ¡Agotador!
- Pecho sensible: Normalmente antes del periodo, el pecho se hincha y se endurece. Cuando sucede el embarazo, no sólo no baja esta hinchazón sino que se agudiza, haciendo los senos más sensibles al tacto o al roce de las prendas de ropa interior. La molestia disminuirá a medida que vaya avanzando el embarazo, sin embargo el crecimiento de los senos no se detendrá, de ahí que muchas mujeres tengan que cambiar de talla de sostén a partir del cuarto mes.
- Retraso de la menstruación: Aunque este síntoma parece el más obvio, no lo es porque muchas mujeres se obsesionan con la idea del embarazo y esto puede afectar directamente a sus ciclos de ovulación, acortándolos o alargándolos. De ahí que muchas gasten bastante dinero en pruebas de embarazo. Se aconseja mejor realizar un test, siete días después de la falta de la menstruación. Si es negativo, podría fallar, si es positivo ¡enhorabuena! Estás embarazada.
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