• IVI realizó el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) para que las mellizas nacieran libres del gen BRCA2, ligado al cáncer de mama
VIGO, 4 DE FEBRERO DE 2016
Claudia y Andrea (nombres ficticios, para preservar la identidad de las niñas) son el claro ejemplo del milagro de la ciencia. Nacieron el pasado mes de julio y, gracias al Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), están libres del gen BRCA2 que portaba su madre, que les hubiera predispuesto al cáncer de mama en un futuro.
Este es el tercer caso de este tipo en España, y el primero en Galicia. “El Diagnóstico Genético Preimplantacional es el diagnóstico de alteraciones genéticas y cromosómicas en los embriones, antes de su implantación, para lograr que los hijos nazcan libres de enfermedades hereditarias” explica el Dr. Roberto Epifanio, director de IVI Panamá. “Su indicación está dada en parejas con riesgos de transmitir alteraciones cromosómicas o enfermedades monogénicas, parejas con historia clínica de aborto recurrente, reiterados fallo de implantación y mujeres de edad avanzada” señala el Dr. Epifanio.
“El gen BRCA2 es una mutación agresiva, con un 60% de probabilidades de desarrollar la enfermedad y, además, de forma precoz. No obstante, en España, este tipo de casos, en los que influyen más de un gen y factores ambientales, sin estar garantizado el desarrollo de la enfermedad, deben ser autorizados uno a uno por la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida (CNRHA). Ha sido un proceso largo y costoso, pero el deseado nacimiento de estos bebés compensa cualquier dificultad, y más sabiendo que con ellas se ha roto la cadena de riesgo para sus descendientes”, comenta el doctor Elkin Muñoz, director de IVI Vigo y ginecólogo de la paciente.
Laura (nombre ficticio, para preservar la identidad de la madre), portadora de la mutación genética, tiene antecedentes familiares directos e indirectos de este tipo de cáncer. Esta situación aumentaría notablemente las probabilidades de que sus hijos padecieran cáncer de mama, motivo por el cual decidió acudir a IVI Vigo en 2013, con la idea de realizarse un tratamiento de DGP que le diera la oportunidad de gestar un bebé sano.
“Analizamos los 11 embriones obtenidos, de los cuales 3 resultaron estar libres de la mutación del gen BRCA2. De estos, transferimos dos al útero de la paciente –de acuerdo a la voluntad de la misma- que afortunadamente dieron lugar a la gestación. Ocho meses más tarde nacerían Claudia y Andrea. Por su parte, el embrión restante fue vitrificado para una futura ampliación de la familia, si fuera el caso”, explica el Dr. Muñoz.
Cómo preservar la fertilidad antes de iniciar el tratamiento oncológico
La vitrificación de ovocitos es hoy por hoy la opción más viable para la preservación de la fertilidad en las mujeres que deben someterse a tratamientos de quimio o radioterapia. No obstante, la estimulación ovárica necesaria para la vitrificación puede variar dependiendo del tipo de cáncer y, por supuesto, debe realizarse con el consentimiento del oncólogo. Una vez que haya finalizado su tratamiento oncológico y haya sido dada de alta, la paciente puede comenzar con el tratamiento de reproducción asistida haciendo uso de sus óvulos obtenidos previamente.
La técnica de vitrificación debe hacerse antes de comenzar con el tratamiento oncológico. Se comienza con una estimulación ovárica con medicación para luego aspirar los ovocitos que entrarán en un proceso de solidificación en el que serán tratados con una sustancia crioprotectora y sumergidos en nitrógeno líquido a una temperatura de -196°C. “La principal ventaja respecto a la congelación tradicional es que no se forman cristales de hielo que dañen al óvulo” asegura el Dr. Epifanio.
En un día como hoy, Día Mundial contra el Cáncer Infantil, en que recordamos ausencias y victorias, todas ellas ligadas a ese huracán devastador llamado “cáncer”, el nacimiento de estos bebés aboca un halo de esperanza para aquellas personas que desean tener hijos libres de enfermedades hereditarias.