Por el Comité editorial de Panamá
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades venéreas tienen una gran incidencia, llegando a infectar a 1 millón de personas por día en el mundo. Algunas son más graves que otras, pero lo que tienen en común es que casi siempre se adquieren por contacto sexual. Aunque también podrían transmitirse de otras formas, como a través de sangre que ingresa al organismo por distintos medios.
Hoy en día, 4 de las 8 enfermedades venéreas conocidas tienen cura. Ellas son: sífilis, gonorrea, clamidia y tricomoniasis. Y las otras 4, son virales y no pueden curarse: hepatitis B, virus del herpes simple (HSV o herpes), HIV y el virus del papiloma humano (HPV).
De todas formas, las variantes sin cura pueden reducirse o modificarse mediante un tratamiento, En los casos de HIV Y hepatitis B se puede requerir de un Tratamiento de Reproducción Asistida para conseguir un embarazo minimizando los riesgos de contagio de la pareja seronegativa y disminuir el riesgo de transmisión del virus a la descendencia.
¿Cuáles son las enfermedades venéreas más frecuentes?
Como se dijo, algunas enfermedades transmitidas sexualmente tienen cura, pero otras no. Y en ambos casos, pueden traer problemas de reproducción, en el embarazo y en el bebé. Entre ellas, las que más desafíos plantean a la salud, son:
Virus de la Inmonudeficiencia Humana (VIH)
Este virus destruye la habilidad del organismo de defenderse de infecciones, por lo que la detección temprana es fundamental. Además, los síntomas pueden aparecer mucho después de adquirirlo, lo que expone al portador a más riesgos. El VIH puede transmitirse perinatalmente al bebé durante el embarazo y parto, y a través de la lactancia. Además, debes tener en cuenta que la enfermedad puede perjudicar la reserva ovárica.
Virus del Papiloma Humano (VPH)
El VPH es una de las enfermedades transmitidas sexualmente más comunes. Algunas veces causan verrugas genitales, pero en otros casos se puede ser portador sin síntomas. Si bien en algunos casos el virus puede desaparecer por sí solo, en otros puede durar.
Aquellas mujeres infectadas con los tipos de VPH 16 y 18, por ejemplo, tienen más riesgo de contraer cáncer cervical. Y las que están embarazadas y tienen muchas verrugas genitales, podrían verse complicadas para tener un parto vaginal. No hay evidencia en la actualidad que el VPH afecte directamente la fertilidad de la mujer.
Clamidia
Esta enfermedad, cuando no se trata, puede producir infertilidad, embarazos ectópicos o dolor pélvico crónico. En mujeres embarazadas, además, podría producir partos prematuros, así como problemas visuales y respiratorios en el bebé. La clamidia se diagnostica con un análisis del fluido de la vagina o el pene, y suele tratarse con antibióticos.
Gonorrea
Al igual que la clamidia, cuando no es tratada a tiempo puede producir infertilidad y problemas de salud en la mamá y el bebé. Sus síntomas son muy parecidos (flujo vaginal o del pene) y su tratamiento es también con antibióticos. Asimismo, la infertilidad se produce cuando la infección se extiende a los órganos reproductores y los daña.
Sífilis
Esta enfermedad se manifiesta inicialmente con una herida abierta indolora que aparece en la vagina o la boca, o bien, en la piel que rodea el recto o los genitales. Si no se trata, puede avanzar y resultar peligrosa, causando incluso problemas cardíacos y del sistema nervioso central.
Cuando se tiene esta enfermedad durante el embarazo y no se trata (usualmente con antibióticos), tendría consecuencias graves en el bebé, como aborto espontáneo, muerte al nacer o poco después de nacer, o bien, problemas de salud para aquellos que sobreviven.
Síntomas que comparten las enfermedades venéreas
¿Cómo saber si se tiene una enfermedad venérea? Aunque en muchos casos no hay síntomas, algunas situaciones pueden indicar su presencia. Entre ellos:
- Flujo vaginal
- Flujo y ardor de la uretra en los hombres
- Úlceras genitales
- Dolor abdominal
De todas maneras, siempre se debe consultar con un médico para que realice un diagnóstico certero.
Enfermedades venéreas e infertilidad
Los casos de infertilidad pueden deberse a múltiples razones, entre ellas, la producida como consecuencia de enfermedades venéreas. Estas afecciones pueden, por ejemplo, causar un bloqueo en las trompas de Falopio, impidiendo que se produzca la fecundación de forma natural.
La mayoría de los casos de infertilidad causada por problemas en el factor tubárico se atribuyen, de hecho, a enfermedades transmitidas sexualmente y que no fueron tratadas. Estas enfermedades, como la clamidia y la gonorrea, ascienden por el aparato reproductor y causan desde inflamaciones a cicatrices que bloquean la zona.
E incluso, cuando a pesar de las enfermedades venéreas se logra un embarazo, las mismas podrían transmitirse de la mamá al bebé durante la gestación y/o parto. Por eso, es importante saber si será conveniente recurrir a un tratamiento de fertilidad para mejorar las chances de lograr un embarazo y llevarlo a término de forma saludable.
Enfermedades venéreas y las opciones reproductivas
La Fecundación In Vitro (FIV), por ejemplo, puede ser un buen recurso para aquellas que tienen sus trompas de Falopio afectadas debido a una enfermedad venérea. Aunque, por supuesto, la mujer tiene que estar en tratamiento por su afección y/o haberlo finalizado antes de gestar.
Incluso, se puede optar por la preservación de óvulos antes de iniciar un tratamiento de IVF, o previo a que la enfermedad avance. De esta manera, la mujer que desea ser madre puede darse tiempo para tratar su enfermedad sin temer que sus óvulos envejezcan o su calidad empeore.
Es importante resaltar que en los casos la infección por VIH en el hombre o la mujer, con el control adecuado de la enfermedad y opciones de reproducción asistida como el lavado seminal se pueden realizar todos los tratamiento de reproducción asistida.
Reproducción asistida en parejas serodiscordantes
En el caso de que el hombre sea el afectado, puede recurrir a el lavado de semen. Esta técnica permite separar los espermatozoides del virus del VIH, disminuyendo la posibilidad de infección, para posteriormente ser utilizados con seguridad en un tratamiento de reproducción asistida, en función de las características de cada pareja y así pueda tener un bebé libre de la enfermedad.
En el caso contrario donde la mujer sea portadora del VIH puede acceder a una inseminación artificial, siempre y cuando tenga una buena reserva ovárica, que las trompas de Falopio estén permeables y tenga menos de 38 años, con semen de su pareja, toda vez que la calidad seminal sea óptima o usar el banco de semen.
O puede acceder también a la Fecundación In Vitro si se trata de un caso de infertilidad más complejo. La elección de una u otra técnica dependerá también del estado de fertilidad de cada uno. Previo al tratamiento será necesario una analítica sanguínea para determinar y valorar la carga viral.
Enfermedades venéreas: Prevención es la clave
Las enfermedades venéreas se pueden prevenir con tan sólo tomar la precaución de usar preservativo cuando se mantienen relaciones sexuales de riesgo. A pesar de esto, su incidencia es elevada, por lo que se hace necesario la detección temprana para recibir un tratamiento a tiempo. En especial en el caso de la mujer a fin de evitar que se desarrolle la enfermedad pélvica inflamatoria o resulten dañados el útero o los ovarios.
Tanto si se preservan los óvulos como si se extraen para realizar directamente el tratamiento de Fecundación In Vitro, las chances de lograr un embarazo aumentan. En IVI Panamá, en efecto, tenemos una probabilidad acumulada de embarazo de 90% de quienes realizan estos tratamientos. Esto es gracias a un servicio de máxima calidad, y a la mejor tecnología puesta a disposición de alcanzar el gran anhelo de formar una familia.
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