Por el Comité editorial de Panamá
La fecundación in vitro y la inyección intracitoplasmática de espermatozoides son dos técnicas de reproducción asistida a la que muchas pacientes, solas o en pareja, recurren en la actualidad. Pero, ¿cuál es la diferencia entre FIV e ICSI?
En este artículo te explicaremos en qué consiste cada uno de estos tratamientos para que, en caso de que estés en búsqueda de concretar un embarazo, con la ayuda de los profesionales de IVI Panamá puedas elegir cuál es la mejor alternativa.
Ambas alternativas se caracterizan por la manipulación de manera minuciosa de óvulos y espermatozoides y/o embriones en un laboratorio (in vitro) equipado con la más alta tecnología, por personal médico especializado.
Fecundación in vitro (FIV)
La fecundación in vitro (FIV) es una técnica de reproducción asistida por medio de la cual, en el laboratorio, se logra la unión del óvulo con el espermatozoide para lograr la concepción. Se llama in vitro, porque el procedimiento se realiza fuera del cuerpo.
Tanto los óvulos como los espermas, se mantienen en un ambiente controlado en el laboratorio. Si un óvulo fecundado se desarrolla correctamente de manera apropiada, se procede a la transferencia al útero. Existe la opción de utilizar más de un óvulo para ser fecundado y congelado (criopreservación), para poder ser transferido en el futuro.
La fecundación in vitro se puede realizar de manera convencional o por medio de la inyección intracitoplasmática de espermatozoides, conocida como ICSI.
El objetivo de la FIV convencional y la ICSI es lograr un embarazo, pero tienen diferencias entre sí, las cuales te explicaremos a continuación.
FIV convencional y FIV ICSI
En la FIV convencional, se unen los ovocitos con una cantidad seleccionada de espermatozoides y se incuban durante 24 horas en las condiciones adecuadas de temperatura, humedad y gases.
Para este procedimiento se debe contar con una alta calidad seminal para poder tener mayores probabilidades de que un espermatozoide sea capaz de fecundar al ovocito. Los espermatozoides se dejan libres para que uno de ellos fecunde al óvulo de forma espontánea.
En el caso de la ICSI, se inyecta el mejor espermatozoide seleccionado por el especialista en biología de la reproducción (basándose en la movilidad y morfología del mismo), dentro de un óvulo. Para ello, se hace uso de una aguja fina o micropipeta.
Antes realizar la microinyección, se inmoviliza el espermatozoide seleccionado para facilitar su manipulación, para lo cual se utiliza una sustancia de alta viscosidad, para alentar sus movimientos y poder aspirarlo. Una vez inmóvil, el espermatozoide estará listo para ser inyectado en el interior del ovocito.
Para el éxito de esta técnica es necesario que el ovocito esté maduro, por lo que el primer paso será eliminar las células que los rodean, para garantizar la madurez de los mismos.
¿En qué casos es mejor utilizar la FIV convencional?
Esta técnica se recomienda para pacientes con baja reserva de óvulos o con edad avanzada, siempre y cuando el semen de la pareja sea normal.
Es necesario recordar que el objetivo de la FIV convencional es resolver problemas de fertilidad como la obstrucción de las trompas de Falopio y la endometriosis, o en casos donde la inseminación artificial ha fallado.
¿Cuándo se recomienda la ICSI?
En cuanto a la inyección intracitoplasmática de espermatozoides se utiliza para casos de infertilidad masculina severa, en los que la inseminación artificial o la propia FIV convencional no han tenido éxito.
Es frecuente que se aconseje esta técnica particularmente cuando los espermatozoides no pueden traspasar la pared del óvulo por sí solos o si se ha sometido a una vasectomía, ha congelado su semen antes de un tratamiento con quimioterapia o radioterapia, no tiene la capacidad de eyacular con normalidad o presenta alguna infección crónica como VIH.
Muchas personas se suelen preguntar: “ICSI o FIV, ¿qué es mejor?”. La evidencia revela que el 10% de las parejas podrían obtener mejores resultados por medio de la técnica ICSI que con FIV convencional.
Diferencia entre ambas técnicas
La principal diferencia entre fecundación in vitro convencional e ICSI radica en la forma de unir el óvulo con el espermatozoide.
La FIV se asemeja al proceso fisiológico que ocurre cuando se da un embarazo de forma natural. En esta la participación de un embriólogo es menor. Por otra parte, en la ICSI, se realiza una mayor manipulación de los gametos masculino y femenino.
Si bien, la inyección intracitoplasmática de espermatozoides pareciera tener una mayor ventaja ante la mala calidad seminal, en otros casos podría resultar que su uso se desaconseje.
A pesar que la ICSI puede arrojar mejores resultados cuando la FIV no es la opción que se recomienda, el éxito de las ambas técnicas dependerá de factores como la habilidad de embriólogo, la causa de la infertilidad en el hombre o la mujer y la calidad de los óvulos y los espermatozoides.
Al final, los especialistas en biología de la reproducción en base a los estudios realizados para comprobar el éxito de la FIV convencional e ICSI, señalan que lo adecuado es utilizar ambas en el primer ciclo de fecundación in vitro. Los resultados de esta aplicación combinada permitirá conocer, según el número y calidad de embriones obtenidos con cada una, cuál será la mejor técnica para la pareja.
Los costos entre la FIV y la ICSI no suelen variar sustancialmente, por lo tanto te aconsejamos que te acerques a nuestros especialistas de IVI para conocer los planes y los servicios que te ofrecemos y las indicaciones a seguir si requieres utilizar alguna de estas técnicas de reproducción asistida para concretar el sueño de tener un hijo.
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