Por el Comité editorial de Panamá
En el embarazo anembrionario existe fecundación del óvulo, pero no se desarrolla el embrión. Se trata de una complicación común a la que se le atribuye un número significativo de abortos espontáneos durante el primer trimestre. Dada esta gran prevalencia, el también llamado huevo huero representa un desafío en la salud reproductiva.
¿Qué es un embarazo anembrionario?
Cuando una mujer queda embarazada, el óvulo fecundado se implanta en el útero. Si la gestación es exitosa, el período embrionario comienza a partir de la quinta semana, momento en el que comienzan a desarrollarse los principales sistemas del bebé. En el caso del óvulo anembrionado, se forman y crecen estructuras fundamentales como son el saco gestacional y la placenta pero sin que haya embrión.
El embarazo anembrionario finaliza con su expulsión, como ocurre con cualquier otro tipo de aborto. Es posible sentir o no las molestias típicas de la gestación, pero la prueba fehaciente de que se ha producido una eliminación de tejidos por la vagina es el sangrado. Antes de este, la aparición de dolor pélvico y calambres, como los que ocurren en una regla muy dolorosa, indica que el aborto va a tener lugar. No obstante, hoy en día es posible detectar mediante ecografía el embarazo anembrionario; en este caso, la expulsión del tejido del saco gestacional no se produce de forma natural, sino mediante un legrado farmacológico o quirúrgico.
Los síntomas del embarazo anembrionario pueden ser los mismos que en una gestación normal; estos son los que se suelen experimentar en la primera etapa y se relacionan con molestias estomacales, mareos, vómitos y sensibilidad en los senos. Igualmente, las pruebas de embarazo son positivas, ya que indican que la gestación ha comenzado debido a la presencia de una hormona, la gonadotropina coriónica humana (hCG). La implantación del óvulo fertilizado en la pared del útero marca el comienzo de la liberación de esta hormona. A pesar de la ausencia de embrión, la incipiente placenta y el saco gestacional vacío liberan la hCG.
Por su frecuencia, el embarazo anembrionado constituye una de las principales razones de los fasos positivos en las pruebas de embarazo. De hecho, es posible sufrir un aborto espontáneo en las primeras etapas del embarazo anembrionario y no tener conciencia de ello.
¿Por qué se produce un embarazo anembrionario?
La causa exacta de un óvulo anembrionario no está del todo clara, si bien se nombran varios factores que contribuyen a su ocurrencia. El primero de ellos es debido, en su gran mayoría, a problemas relacionados con los cromosomas o estructuras que transportan ADN. En este caso se produce una detención en el desarrollo del embrión tras su fecundación, puesto que el organismo reconoce la existencia de anomalías. Un embarazo de este tipo también puede deberse tanto por un espermatozoide u óvulo de baja calidad como por una anómala división celular. De la misma manera, el cuerpo de la mujer detecta que el saco gestacional no es una gestación, por lo que procede a su eliminación.
Si bien el óvulo huero puede aparecer en cualquier embarazo, ciertos factores de riesgo pueden incrementar su probabilidad:
- Edad mayor de la mujer, en particular a partir de los 40 años.
- Historial de abortos espontáneos previos.
- Antecedentes familiares de trastornos genéticos.
- Afecciones médicas como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), trastornos de la tiroides y enfermedades autoinmunes.
- Consumo de alcohol.
Todas estas causas revelan la importancia de evaluar y tratar los factores de riesgo por profesionales expertos en salud reproductiva.
¿Cómo saber si tengo un embarazo anembrionario?
La placenta, órgano que se desarrolla durante el embarazo y cuya función es proveer de oxígeno y nutrientes al bebé, continúa creciendo y se mantiene en este tipo de embarazos durante un corto período de tiempo. Las hormonas del embarazo pueden, asimismo, seguir aumentando, lo que lleva a pensar que la gestación sigue su curso. A partir de la quinta semana es cuando comienza a ser visible un embrión a través de una ecografía transvaginal. Con esta prueba puede detectarse, por tanto, que el útero o el saco gestacional están vacíos, incluso antes de producirse el sangrado que anuncia la interrupción del embarazo. En este caso, se debe repetir la ecografía después de una semana o diez días para establecer un diagnóstico certero y la viabilidad de la gestación. Junto a ambas pruebas de ecosonografía, se determinará si ha habido un descenso hormonal, el cual se interpreta como una interrupción del embarazo.
Tras determinar la no presencia de estructuras embrionarias, no tiene sentido que el saco gestacional vacío permanezca en el interior del útero, ya que esto supone importantes complicaciones para la salud. La pérdida del embarazo se produce entonces mediante un legrado.
Quedarse embarazada después de un embarazo embrionario
Haber padecido un embarazo anembrionario no es señal inequívoca de infertilidad ni de que este vuelva a repetirse. En efecto, como mencionamos antes, se trata de una complicación relativamente frecuente cuya incidencia es de entre un 10%-15% del total de embarazos detectados. Por ello, y dentro de una evolución normal, sufrir uno de estos embarazos no implica riesgos en los siguientes intentos de concepción. De la misma manera, la paciente puede someterse a cualquier tratamiento que, en su caso, precise para quedarse embarazada.
En el supuesto de embarazo embrionario recurrente se recomendará un estudio genético en la pareja que pueda dilucidar el origen que impide la fase de desarrollo del embrión.
Respecto a cuánto tiempo esperar después de un embarazo embrionario, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda aproximadamente seis meses antes de intentar concebir de nuevo. No obstante, y siempre bajo supervisión médica, es posible acortar este plazo a dos o tres ciclos menstruales.
¿Qué hacer para prevenir un embarazo anembrionario?
No hay medidas concretas para evitar un embarazo anembrionario. Como en todas las cuestiones relacionadas con la salud, un estilo de vida saludable y una adecuada atención prenatal puede facilitar que se minimicen riesgos en este sentido. Sí está constatado que el número de embarazos sin embrión aumenta con la edad, además de estar vinculados a bajos niveles de ácido fólico y vitamina B y K.
Fuentes:
- Toddel, Nivin y Stuart Anni (2023), Blighted ovum, en WebbMD. Disponible en la web: https://www.webmd.com/baby/blighted-ovum
Freeborn, Donna (2022), Información sobre el embarazo anembrionado en Health Library. Disponible en la web: https://myhealth.ucsd.edu/RelatedItems/3,90761es
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