Por el Comité editorial de Panamá
Existen distintos factores por los cuales la fertilidad de la mujer puede verse afectada de alguna forma, factores que uno no imaginaría, como el estrés, y un factor un poco más conocido y muy importante, como lo es la alimentación. Algunos estudios han demostrado que el estado nutricional y el régimen alimenticio en la mujer pueden influir en su salud reproductiva. Aquellas mujeres que están en busca de embarazo, o deseen llegar a este en las mejores condiciones, pueden tomar nota de las siguientes recomendaciones que indica el Dr. Saúl Barrera, director de IVI Panamá.
El principal factor en la fertilidad femenina que se ve afectado por el tipo de alimentación es el ovulatorio. Existe evidencia de que entre las mujeres que consumen más carbohidratos simples de lo normal existe un mayor riesgo de infertilidad por problemas en la ovulación. Los carbohidratos simples los encontramos básicamente en los azúcares (azúcar, frutas) y almidones tales como arroz, yuca, papa, ñame, plátano, banano, pan, pasta, tubérculos en general y granos.
Dentro del consumo de grasas y aceites está también demostrado que las grasas trans encontradas en los fritos y en los snacks, así como en las grasas animales aumentan el riesgo de infertilidad anovulatoria. Por lo contrario, las grasas cis insaturadas tales como los aceites vegetales y los de algunos pescados, han demostrado disminuir este riesgo. Incluso aquellos conocidos como ácidos grasos polinsaturados de cadena larga, como el omega 3 encontrados en los pescados, pueden mejorar los resultados clínicos en las pacientes que lo consumen antes de realizar un tratamiento de reproducción asistida
En cuanto al consumo proteico, como habíamos mencionado, parece haber evidencia de que el aumento en la ingesta de proteínas de origen vegetal disminuye el riesgo de infertilidad anovulatoria
Características de la dieta mediterránea
Hay que resaltar que la importancia de la dieta mediterránea radica en el bienestar que aporta a la salud de nuestro organismo, a nuestra forma y estilo de vida.
El 16 de noviembre del 2010, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), admitió la filiación de la Dieta Mediterránea en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La dieta mediterránea está constituida básicamente por el consumo de aceites vegetales principalmente aceite de oliva, legumbres, vegetales, frutas, pescado, granos, lácteos semidescremados o alimentos semidescremados; y baja ingesta de snacks, enlatados o embutidos, refrescos de soda, carnes rojas y procesadas, comidas rápidas, papas, huevos, repostería, o salsas industriales.
El sobrepeso y la obesidad, así como el bajo peso podrían disminuir las probabilidades de un embarazo espontáneo y las probabilidades de éxito en los tratamientos de reproducción. Nuestra recomendación para las pacientes consiste en lograr alcanzar un índice de masa corporal (IMC) entre 20 y 25. Incluso la pérdida de pocas libras antes de realizar un tratamiento de reproducción, especialmente de 6 libras o más para las pacientes en sobrepeso, ha demostrado tener un importante efecto en los resultados reproductivos.
Mantener un peso ideal no es suficiente si no se acompaña de una dieta saludable. Desde el punto de vista de la fertilidad, y probablemente desde otros puntos de vista de salud, uno de los patrones dietarios que más ha mostrado beneficios es el mediterráneo.
Vitaminas y micronutrientes de la dieta mediterránea
Analizando todos estos antecedentes, nos damos cuenta de que esta es una dieta llena de beneficios y vitaminas para la fertilidad, si siguiéramos este patrón de alimentación no hay necesidad de suplir las vitaminas y micronutrientes en medicamentos.
Dentro de la dieta mediterránea podemos encontrar un sinfín de vitaminas como la A, que actúa como antioxidante de las células reproductivas del hombre, protegiéndolas de los radicales libres y que están presente en la leche y en las verduras de hojas verdes y en el aceite de oliva.
También podemos encontrar en la dieta mediterránea la vitamina B, que es de gran importancia para la salud reproductiva tanto masculina como femenina, como también lo es la vitamina B12 y el ácido fólico.
Este modelo de dieta posee una diversidad de alimentos con las que se pueden crear diversas recetas nutritivas y deliciosas a nivel culinario. Además, el consumo de los alimentos que conforman esta dieta ayuda a la prevención de enfermedades del aparato circulatorio, de la obesidad, colesterol, estreñimiento e incluso de la fertilidad.
Hay que resaltar que la importancia de la dieta mediterránea radica en el bienestar que aporta a la salud de nuestro organismo, a nuestra forma y estilo de vida dándole equilibrio, favoreciendo de buena manera, la posibilidad de conseguir un embarazo, que algunas veces se hace esperar hasta límites insospechados para algunas personas.
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