Por el Comité editorial de Panamá
Los problemas de fertilidad en los hombres pueden deberse a múltiples causas. En algunos casos están relacionadas con la calidad de vida, enfermedades crónicas, factores ambientales y/o la genética de cada individuo. En el caso de la infertilidad masculina, un semen de baja calidad suele ser la consecuencia de alguno o varios de esos factores.
Cuando alguna pareja acude a consulta por su dificultad para lograr un embarazo, de un 30 a un 50% de las veces, el problema de infertilidad parte del integrante masculino. Y en el 90% de esas ocasiones, el problema radica en la calidad del semen.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de “calidad del semen”?
Cuando se habla de un semen de baja calidad en términos reproductivos, se hace referencia a una dificultad para producir espermatozoides. También puede ser por las dificultades en la movilidad de los mismos o en su morfología (su forma). Y si bien en muchos casos cuesta determinar qué es lo que genera el problema de calidad del semen, en otros pueden modificarse factores externos para mejorarla y poder así lograr un embarazo.
Como dijimos, a veces el problema radica en la cantidad de espermatozoides. Un semen con una cantidad normal tendría unos 15 millones de los mismos por mililitro. Cuando hay menos que eso, sería más complicado generar un embarazo de forma natural. Esta condición es también llamada “oligospermia”.
En otros casos, la causa es la movilidad de los mismos. Es decir, que aunque se tenga una cantidad “adecuada” de espermatozoides, estos pueden tener dificultades en llegar desde la vagina de la mujer al cérvix y útero y de allí a las trompas de Falopio. Para ser precisos, un médico evaluará si al menos el 50% de los espermatozoides llega a destino para poder determinar si la movilidad es buena.
Por último, el problema puede radicar en la morfología o estructura de los mismos. Los espermatozoides normales tienen cabezas con forma ovalada y colas largas, lo que les permite “nadar” hasta el óvulo sin dificultad. Con otro tipo de forma, en cambio, puede que les cueste más llegar a fecundarlo.
Semen de baja calidad: algunas causas frecuentes
Como explicamos, tanto la cantidad, calidad o morfología de los espermatozoides podrían producir infertilidad masculina. Si bien algunas de las causas pueden ser subyacentes, como una infección, prostatitis (inflamación de la próstata) o enfermedades crónicas y autoinmunes, existen factores externos que podrían ser modificados para mejorar la calidad del semen.
Esos factores pueden ser (aunque no limitarse a):
– El abuso de esteroides anabólicos
– La contaminación ambiental aérea, como sucede con la exposición a pesticidas o a emanaciones tóxicas.
– Tener sobrepeso o una alimentación deficiente en nutrientes
– Ser sedentario
– Darse frecuentes baños o duchas prolongadas y calientes o usar saunas
– Abusar de sustancias como el alcohol, la marihuana u otras drogas.
– Tomar fármacos, como antidepresivos.
Algunos cambios para mejorar la calidad del semen
Además de la consulta médica y el tratamiento de problemas previos como posibles enfermedades e infecciones, cambiar hábitos puede ser la mejor forma de empezar a tomar acción. Ciertos cambios que puedes implementar, con previo consentimiento médico, son:
– Realizar actividad física regular
– Alimentarte bien: incorporar a tus comidas ácido fólico, zinc y antioxidantes. En otras palabras, comer más frutas y vegetales y menos carnes y alimentos ultraprocesados
– Dejar el tabaco y el alcohol, o reducir su consumo al mínimo
– Usar ropa holgada
– Evitar las duchas prolongadas y demasiado calientes, u otras actividades que eleven demasiado la temperatura de los testículos
– Reducir el estrés. Puedes lograrlo con algunas medidas simples como caminar en la naturaleza, meditar o pasar tiempo con amigos
– Dormir lo suficiente
Hay que tener en cuenta, además, que como el semen tiene un ciclo de formación de 70 días, conviene comenzar con estos cambios de hábitos y ambientales cuanto antes. Lo ideal es hacerlo al menos unos tres meses previos a la búsqueda de una gestación o al tratamiento de fecundación asistida. De esta forma, las posibilidades de éxito podrían mejorar notablemente.
Si a pesar de todo no se consiguen resultados
Si no se mejora la calidad de semen de manera espontánea, la pareja no tiene por qué desanimarse. En este sentido, existen opciones como la donación de semen, que pueden ayudar a cumplir el sueño de ser padres.
En IVI Panamá tenemos un banco de semen compuesto de muestras del extranjero, principalmente de España y Estados Unidos, y que siguen los más estrictos controles. Entre otras cosas, al donante de semen se le realizan exámenes de sangre para descartar enfermedades congénitas y de transmisión sexual, y cada muestra de semen pasa una cuarentena de 6 meses antes de volver a realizarle todas las pruebas.
Es comprensible que al descubrir que se tiene un semen de baja calidad, el hombre sienta algún impacto a nivel psicológico. Sin embargo, el primer paso es siempre consultar con un médico para descartar problemas subyacentes y, si los hay, seguir un tratamiento acorde y si el paciente lo cree necesario, puede acudir a una consulta en nuestra unidad de apoyo psicólogico.
Paralelamente, se puede comenzar a cambiar hábitos para prepararse mejor en caso de que se comience a buscar un embarazo, o que se quiera realizar un tratamiento de reproducción asistida.
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