Por el Comité editorial de Panamá
¿Qué es el síndrome antifosfolípido y cómo afecta al embarazo?
El embarazo es una época de la vida de la mujer en la que se requiere de más atención médica y un control más exhaustivo de la salud de la paciente y del feto.
El síndrome antifosfolípido es una de las enfermedades que puede crear complicaciones, por lo que es imprescindible que un buen especialista analice, controle y trate a la mujer durante la gestación, sobre todo ante la aparición de cualquier síntoma de ésta y otras patologías.
¿Qué es el síndrome antifosfolípido?
El síndrome antifosfolípido es una afección en la que el sistema inmunitario del paciente crea, por error, anticuerpos llamados antifosfolípidos (AAF) que atacan y pretenden destruir los tejidos del cuerpo. Es una enfermedad autoinmune sistémica también conocida por las siglas SAF.
La presencia de estos anticuerpos hace que el cuerpo se prepare para favorecer la coagulación y la inflamación, pudiendo provocar trombosis en las arterias o las venas.
Los anticuerpos antifosfolípidos en el embarazo pueden provocar abortos espontáneos, la pérdida del feto o el nacimiento prematuro de bebé.
¿Cuáles son las causas del síndrome antifosfolípido?
Actualmente, pese a todos los estudios que se han realizado hasta el momento, se desconocen cuáles son las causas del síndrome antifosfolípido.
Hasta el momento, solo se ha podido llegar a la conclusión de que puede aparecer como consecuencia de una enfermedad subyacente que esté relacionada con un trastorno autoinmunitario, como por ejemplo el Lupus. También puede producirse debido a la exposición del paciente a un factor ambiental, a una infección, a un periodo de inactividad prolongado, tras someterse a una intervención quirúrgica o ante la presencia de un embarazo.
Cabe destacar que los anticuerpos pueden estar presentes en el torrente sanguíneo durante mucho tiempo y no activarse hasta que se den las condiciones adecuadas para que se produzca la coagulación. Además, también se cree que algunos factores de riesgo podrían ser la obesidad, la hipertensión, las píldoras anticonceptivas o fumar.
Síntomas del síndrome antifosfolípido
Los síntomas del síndrome antifosfolípido dependen de cada paciente, pero, en general, pueden ser los siguientes:
- Dolor, enrojecimiento e hinchazón de las piernas
- Abortos espontáneos
- Muerte fetal
- Muerte intrauterina
- Nacimiento prematuro del feto
- Accidentes cerebrovasculares
- Dolores de cabeza recurrentes
- Migrañas
- Convulsiones
- Demencia
- Sangrado habitual de la nariz
- Sangrado habitual de las encías
- Accidente isquémico transitorio
- Sarpullidos en forma de red de color rojo
- Descenso en el recuento del nivel de plaquetas ante un análisis de sangre.
Diagnóstico del síndrome antifosfolípido
Es muy probable que el SAF no presente síntomas antes del embarazo y, por lo tanto, la paciente no tenga constancia de que pueda verse afectada. En estos casos, el ginecólogo siempre lleva a cabo los análisis de sangre necesarios para ver cuál es el estado de salud de la paciente y, en ellos, solicita que se lleve a cabo una exploración de los anticuerpos. Cuando los anticuerpos aparecen, como mínimo, dos veces en los resultados obtenidos de dos pruebas diferentes realizadas con 12 semanas de diferencia, es cuando el especialista diagnosticará el síndrome antifosfolípido y llevará a cabo el tratamiento que considere necesario.
Pero, en el caso de que la paciente ya tenga antecedentes de SAF, es obligatorio que se lleve a cabo una valoración antes del embarazo por parte del médico especialista en enfermedades autoinmunes. De este modo, se podrá estimar con más precisión cuál es el riesgo materno-fetal que puede provocar el embarazo.
En esta valoración se llevarán a cabo los siguientes pasos:
- Valoración clínica de los daños orgánicos que la propia enfermedad haya provocado, posibles antecedentes de preeclampsia o síndrome HELLP.
- Analítica general en la que se solicite un hemograma completo, reactantes de fase aguda, glucosa, creatinina, filtrado glomerular, BUN, ácido úrico, colesterol, triglicéridos, proteínas totales, sodio, potasio, AST, ALT, hemostasia y otros valores que el médico considere necesarios.
- Análisis de orina con el que poder tomar valores de hematíes, leucocitos y cilindros. Así como el cociente de proteína y creatinina en orina.
- Valoración del perfil inmunológico.
- Valoración del tratamiento adecuado antes de la concepción.
Tratamientos para el síndrome antifosfolípido
El síndrome antifosfolípido puede necesitar de diferentes tipos de tratamientos, en función de cada paciente y cada caso en concreto.
- Mujeres con presencia de anticuerpos antifosfolípidos pero que no presentan síntomas de SAF: no existe un protocolo de tratamiento que se pueda aconsejar, por lo que el especialista deberá tener en cuenta el contexto clínico y otros factores, como la edad o los embarazos previos, para poder prescribir un tratamiento. En algunos casos suele utilizarse el ácido acetilsalicílico desde antes del embarazo hasta el momento del parto. Pero si existen otros factores que puedan derivar en trombosis, es probable que se administre HBPM en dosis profiláctica hasta, por lo menos, 6 semanas después del parto.
- Mujeres que presentan el síndrome antifosfolípido y, además, tienen antecedentes de trombosis: la recomendación es estar sometida a un estricto control ginecológico y especialista. En este caso, antes del embarazo se recomienda la toma de anticoagulantes orales hasta, como muy tarde, la semana 6 de gestación. Es entonces cuando se sustituirán por HBPM.
- Pacientes con SAF que hayan tenido una o más pérdidas fetales, que hayan sufrido preeclampsia o un retraso en el crecimiento intrauterino debido a la insuficiencia placentaria: el tratamiento recomendado será de la toma de AAS antes del embarazo y HBPM una vez se haya confirmado el embarazo. Dicho tratamiento se mantendrá, por lo menos, hasta 6 semanas después del parto.
- Pacientes que presentan el síndrome antifosfolípido y que, además, han sufrido 3 o más abortos de repetición: el especialista deberá valorar cada caso en concreto y, en función de los resultados, aplicar el tratamiento que considere más adecuado y seguro para la madre y el feto.
En cualquier caso, debe ser un médico especialista que valore, diagnostique y trate a cada paciente en función de los resultados de sus análisis y de su contexto clínico.
El embarazo con síndrome antifosfolípido es posible, pero siempre bajo la supervisión médica y siguiendo las recomendaciones de los expertos.
Fuentes
A.Friel, Lara (2022), Trastornos autoinmunitarios en el embarazo, Manual MSD. Versión para profesionales. https://www.msdmanuals.com/es-es/professional/ginecolog%C3%ADa-y-obstetricia/complicaciones-no-obst%C3%A9tricas-durante-el-embarazo/trastornos-autoinmunitarios-en-el-embarazo
Esteve-Valverde, E., et al. (2015), Síndrome antifosfolipídico obstétrico. Revista Clínica Española, https://www.revclinesp.es/es-sindrome-antifosfolipidico-obstetrico-articulo-S0014256515002283
Vega Chacón, Ana Karolina et al. (2022), Síndrome antifosfolípido en el embarazo , Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Vol. XVII, nº 12, 531. https://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/sindrome-antifosfolipido-en-el-embarazo-articulo-de-revision/
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